martes, 3 de septiembre de 2013

Musicoterapia y daño cerebral I


  Justificación del uso de la musicoterapia en daño cerebral

La música es un medio de comunicación humana, en todas las culturas se utiliza y desarrolla la música. Para las personas con dificultades en la comunicación es un medio para expresarse, más allá de las palabras. Por otro lado se utiliza y es apropiada como medio terapéutico de distintas formas, influyendo sobre diferentes aspectos de las personas:
Físicamente: Escuchar música, en muchas ocasiones, implica a nuestro aparato motor, por otro lado podemos sentir la música además de oírla, a través de las vibraciones que produce. Además la música puede influir sobre las funciones corporales (respiración, ritmo cardiaco,…).
En este aspecto es interesante el uso de la música como terapia por que puede facilitar el desarrollo de la psicomotricidad fina y gruesa, ayudar al control de la marcha (Sacks, 2009), facilitar la coordinación, ayudar a contactar con nuestro propio cuerpo y centrarnos en las sensaciones que produce, etc.
Mentalmente: la música es un medio de comunicación no verbal, puede predisponer o apoyar ciertas tareas y mejorar el desarrollo de las capacidades mentales de las personas. El ejercicio de la música podría favorecer la atención, concentración, memorización, percepción del tiempo y el espacio, la sensibilidad en la observación de diferencias (tono, altura, volumen,…), la formación de hábitos y superación personal a través de los ensayos,  el autoestima, etc. Todo ello interesante para la población con daño cerebral.
Socialmente: En terapia la música puede facilitar que se cohesione el grupo de pacientes, apoyar el aprendizaje de diferentes roles, estimular al paciente para mejorar su socialización dentro de su entorno, favorecer la integración social al tocar o cantar acompañado y fomentar el trabajo cooperativo. En pacientes con daño cerebral sería interesante utilizar esta capacidad de la música en la fase de reintegración a la sociedad una vez terminada la rehabilitación.
Emocionalmente: La música nos afecta emocionalmente a la gran mayoría de las personas. En terapia la música podría facilitar la expresión emocional y activar las emociones que las personas tienen bloqueadas; facilitar la comunicación a personas con escaso o inexistente lenguaje verbal, o aquellas que no pueden expresarse con palabras aunque su lenguaje sea “normal”. En los pacientes con daño cerebral la música supondrá una vía de expresión alternativa al habla.
La música es una fuente de placer y a través de ella somos capaces de expresar nuestras emociones, quizá de forma más intuitiva y sencilla que con palabras.


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